Nicole Diver dice que si el año pasado y este verano se veían muchas faldas plisadas, esta temporada ya viene cargadita de verdad. Y no son feas, tienen ese encanto modosito que recuerda a una falda rancia y colegial, como muy retro. El secreto está en combinarlas bien, porque te pueden quedar de un cursi subido si recurres a tops romaticones, así en plan de «ir bien», o de un moderno desgarrador si tiras más por el lado de las prendas deportivas e informales y , por favor, siempre, siempre, minimalistas a más no poder.
Con los zapatos lo mismo. Se adaptan tanto a calzado formal como a unas zapatillas. Para mi gusto, mejor con zapatillas. Es el cruce de estilos lo que las hace quedar bien.
Fotos: Pull & Bear – Mango
Los tejidos van desde el pseudo-algodón al raso. Aquí es donde entra en juego mi desconfianza. Me pregunto si después de estar unas horitas sentada con una de estas faldas quedaría alguna tabla en mi parte posterior o tendría una falda plisada por delante y lisa por detrás. Si alguien ha probado que me lo cuente.
También me inquieta el tema medias, porque en algún momento habrá que ponerse medias, y como el forro es un concepto desconocido en los últimos tiempos lo más probable es que tengas una monísima trampa mortal pegada a tus piernas cuando andes. Es lo que hace que la caída de una falda se transforme en un metida. Y la vida es movimiento, no quedarte parada para hacerte una foto.
Los colores se mueven sobre todo en la escala de los grises. Las negras son difíciles de encontrar. Y odio, odio esos azules marinos tan oscuros que tienes que examinar con detalle para comprobar si son negros o azules. A veces te la cuelan. De hecho una de las que he puesto más arriba en azul. Adivina cual.
Por supuesto puedes encontrar más colores, sobre todo blancos y tonos pastel que he evitado poner porque para qué, ya hay bastante sufrimiento en este mundo.
Su largo tiene que ser midi, un poco por debajo de la rodilla. Las minis pierden la gracia retro y las largotas vamos a dejarlas para bodas, bautizos y comuniones, a no ser que os parezca entretenido pisaros los bajos constantemente.
Lo más feo.
Ay madre los estampados animalescos. No hay nada más viejuno y falto de glamour. Para vestirse de señora y dañar córneas.
Rayas. Setenteras son, pero difíciles también. Lo he estado meditando y no me gustan.
Brillantes, de estas hay muchísimas. Por favor que no triunfen. Brilli-brilli cutre futurista. Envoltura de polvorón. Sólo de ver esos tejidos tan sintéticos y tan poco transpirables me sale una reacción alérgica en la parte interna del muslamen.
Brillantes metalizadas a lo bestia. discreción cero. Elegancia en negativo. No se lavan, se pulen. We are the robots, eso si, los más modernis y cuquis.
Nicole Diver te recuerda que los enlaces caducan ya que están sujetos a los cambios de catálogo de las tiendas.