Nicole Diver dice que siempre ha tenido una relación de amor-odio con los plumas. Amor porque cuando hace frío no puedes ni quieres llevar otra cosa por la calle. Odio porque son feos. Amorcillados como ellos solos. Simulacro de ropa de esquí. Son como cubrirte con un colchón. Totalmente faltos de glamour. Pero ahora, oh ahora, vivimos un resurgir de los plumíferos. Ahora, según parece, sí tienen glamour y te los puedes poner con todo, ¡con los dramas adolescentes que recuerdo yo! ¿cómo salir en nochevieja toda arreglada y estropearlo poniéndote el maldito plumas?
Pero por más que intenten hacerlos monos no todo vale. Los errores del pasado no deben ni repetirse ni perpetuarse. Zara ofrece un amplio repertorio de modelos así que vamos a usarlos como ejemplo de las cosas a evitar. Empecemos por los entalladitos.
Supongo que son un intento de estilizarlos para hacerlos más femeninos, pero oiga, que yo lo que quiero es no pasar frío, no pasar el filtro de la normativa heteropatriarcal. Ese simple detalle los convierte en algo absolutamente antiguo, casi prehistórico. Fuera.
Y los de cinturón, ¡ay madre los de cinturón!Que yo reconozco que he tenido alguno así hace mucho tiempo, y por eso no voy a volver a tropezar en la misma piedra. Mismo intento de hacerlos más femeninos pero así más bien consigues convertirte en un oficial de las SS, marujo, eso sí. Fuera también, que parece que han estado guardados en el fondo del armario desde los años 90.
Y las capuchas con pelos, ¡cómo se han explotado! Muerte por éxito. En los años recientes si no llevabas una capucha con más pelos que el yeti sin depilar no eras nadie. Y hasta de colorines. Totalmente prescindibles. Sobriedad.
Más a evitar, los corticos. Porque caray, se trata de no pasar frío no de castigar a tus riñones.
Qué sí, que tienes un culo impresionante y esa falda tan estrecha o esos vaqueros tan ajustados te quedan muy bien, pero los catarros son muy malos. Y no le veo el sentido a abrigarte sólo de cintura para arriba a no ser que lleves camuflado bajo el modelito un refajo de lana. Y no olvides el horror que es intentar ponerte uno de esos si el jersey o la camisa son mucho más largos y te asoman ahí a lo bestia. Eso no queda bien de ninguna de las maneras y no te vas a comprar un abrigo para cada prenda de arriba ¿no? ¿¿sí?? Si la respuesta es sí te has equivocado de sitio, aquí no venimos a derrochar. Vete al Vogue o similares que ahí si te van a enseñar como gastarte la pasta en chorradas para ser la más pija del pueblo y en sentirte una basurilla si no puedes seguir sus dictámenes.
Los reversibles. Te ofrecen dos por el precio de uno, que no te deslumbren. ¿Qué significa que una prenda sea reversible? Que es fea por los dos lados. Es una idea muy vieja que nunca ha salido bien.
Los tipo canguro. A mi que me expliquen como te quitas eso sin montar un circo. A ver, por favor, vamos a hacer las cosas fáciles que para algo se inventaron las cremalleras.
Los de cuello envolvente demasiado envolvente. Es invierno, frío, viento , lluvia, el pelo, el bolso, la bufanda, el gorro, los guantes, y dos metros de tela en el cuello. Por favor, déjenme vivir tranquila.
Los que parecen un exoesqueleto. No exageremos que no estás en Siberia. Y si lo estuvieras con uno de estos te morías de frío fijo. Está bien ser solidario, pero reservar espacio en el interior de tu abrigo para otra persona igual es solidaridad mal entendida.
Los de colorines. Que está muy bien que tomes precauciones por si tienes que ser la protagonista pasiva de un rescate en alta montaña, pero tampoco hace falta ponerse en lo peor.
Los brillantes y metalizados. ¡Hola, bolita de navidad! No te había visto. No, que es broma, ¿cómo no iba a verte?
Los estampados. De verdad, créeme, en esta vida hay cosas que no merecen la pena. El mundo ya es un sitio con suficiente fealdad por doquier como para echar más leña al fuego.
Oye, que si tienes uno de estos y te lo quieres poner adelante, faltaría más, que no te van a tirar piedras ni tienes porque ir avergonzada. Si a tí te gusta vale, esto sólo es la opinión de Nicole Diver, que no recomienda gastarse el dinero en uno nuevo de estas características si quieres ir mona, moderna y cómoda, no se trata de sentar jurisprudencia. Pero no olvides que también recomienda comprarse la menor cantidad de ropa posible y no tirarla si aún está en uso sólo por la tiranía de la moda. Y ante todo recomienda no dejarse apabullar por las prendas de usar y tirar y defender la personalidad propia por encima de todas estas chorradas.
¿Cómo que para qué todo este rollo? ¿Cómo que cuál te compras entonces? Pues el que te parezca menos feo. Yo ya te he dicho de entrada que son feos todos. C’est la vie.
Nicole Diver te recuerda que los enlaces caducan ya que están sujetos a los cambios de catálogo de las tiendas.
Nicole Diver dice ... 
Qué bien que hayas vuelto, Nicole! Leerte es como ir de compras con mi mejor amiga! Aunque… bien mirado… nunca vamos de compras juntas. Solo lo intentamos. Y acabamos igual que tú: espantándonos de lo feo que es todo y mofándonos de los engendros que llenan las tiendas de ropa.
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Gracias mil por la rebienvenida!! A mí tampoco me suele gustar nada, pero ver tiendas sí me gusta, hasta me reconforta, hay gente que lo odia pero para mí es terapéutico…
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